Está bonito el cuento, ¿no?, así como los amigos del nombre impronunciable nosotros también deberíamos de permitir que la ciudad nos cuente su historia.
"Prigogine menciona una observación de Bohr a Heisenberg sobre Kronberg Castle, el castillo de Hamlet, al que habían ido a visitar: ¿No es extraño cómo cambia el castillo cuando uno imagina a Hamlet viviendo aquí? Cómo científicos creemos que un castillo consiste sólo en piedras y admiramos el modo como fueron colocadas por el arquitecto. Las piedras, el tejado verde con su pátina, los relieves de madera en la iglesia, constituyen la totalidad del castillo. Nada de esto tendría que cambiar el hecho de que Hamlet hubiese vivido aquí y, sin embargo, este hecho lo cambia todo. De pronto Muros y defensas hablan un leguaje diferente."
Texto tomado de Castro, L. (1997) La risa del espacio. El imaginario espacio-temporal en la cultura contemporánea: una reflexión sociológica. Madrid: Tecnos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario