12.5.08

¿Andar en camión?


Después de una semana de usar este medio me tomo la libertad de compartir las siguientes impresiones:

1.- Para los "expertos" en el asunto las palabras ‘camión’ y ‘chofer’ no existen, en su lugar se utilizarán ‘unidad’ y ‘operador’ respectivamente. No tengo idea de cuál será la razón, simplemente así es, tampoco soy experto, así de que utilizaré las palabras que más me plazcan.

2.-Andar en camión es un acto mitad suicidio y mitad asesinato. Cada vez que uno sube o baja de la 'unidad', sitúa su vida en esa delgada línea entre la vida y la muerte: de un segundo a otro ponemos nuestra vida en manos de un ‘operador’ desvelado, hambriento, cocainómano y con ganas de ir al baño. La tragedia se incrementa por el hecho de pagarle cinco pesos por ello. Y si acaso uno decide transportarse a la hora del tráfico, probablemente ni siquiera se podría decir que realmente subió al camión, ya que generalmente esto implica estar dentro de él, seríamos más precisos si al llegar al trabajo dijéramos que nos colgamos del camión para llegar.

3.-Los propietarios del transporte público seguramente son accionistas de las farmacéuticas que fabrican las pomadas para curar hemorroides. No encuentro otro argumento que justifique esos asientos de fibra de vidrio, más duros que los de concreto y que, cuando les da el sol, se ponen como cómales. Esto sumado al insuperable record de tres baches por metro cuadrado de calle y que los conductores sueñan con el campeonato mundial de rally mientras trabajan, nos da como resultado que la mitad de los usuarios sufran de cierto tipo de lesiones en sus partes menos nobles (confieso que no tengo certeza de los hechos que menciono en este punto, ni me consta que los camiones provocan hemorroides ni sé quienes son los propietarios de las farmacéuticas, pero es fácil sospechar, o ¿no?).

4.- Suponer que los automovilistas se van a bajar del coche para subirse al transporte público es completamente absurdo. Y para ejemplo, yo. Después de esta semanita de camión en la que terminé lleno de asco, por el hecho de moverme en este hediondo medio y por un ceviche medio malo que comí el jueves, he decidido que me limitaré a la bici y al coche por un buen rato. Por qué demonios voy a cambiar la bicicleta que es un excepcional medio para ponerte en contacto con la ciudad, o el coche que es un inigualable medio para que pierdas el contacto con ella, por un sistema de transporte que sólo consigue ponerte en contacto con la axila del de al lado.

5.- Los autobuses, microbuses, unidades o lo que sean, son primas de las carteras de doce huevos. Las carteras de huevos tienen como función acomodar los huevos relativamente alineados tratando de aprovechar el espacio al máximo, al igual que los camiones lo hacen con sus pasajeros. En las carteras de huevos, éstos no se tocan entre sí, y cuando esto sucede generalmente más de uno se revienta, pasa exactamente lo mismo en el transporte público. Además, comparten la forma más bien rectangular, sin embargo hay una diferencia que me hace pensar en que son primos segundos y no primos hermanos: generalmente el que maneja las carteras de huevos lo hace con cuidado para no romperlos, en el camión sucede justo lo contrario.

Como vemos llegar a la conclusión de que el sistema de transporte urbano es completamente disfuncional no es tarea difícil, para ello basta utilizarlo, lo que es casi imposible es llegar de pie a la parada.

2 comentarios:

Ana Paula dijo...

¡Sublime!, por algo soy tu fan. Y que rica risa me provocas.
Te amo.

bertha priego dijo...

Hola Mijo!! asi te digo y asi te eacribo ni modo soy tu ma, buen comentarios sobre los camioncitos urbanos, si no sabre te acuerdas, te mando un beso!! TQM!!